Volevo nascondermi
Por Diego

Volevo nascondermi (2020) es la película dirigida por Giorgio Diritti y protagonizada por Elio Germano, en la que se narra la accidentada vida de Antonio Costa, posteriormente conocido como Ligabue (1899-1965), un pintor y escultor suizo-italiano quien pasaría la mayor parte de su vida en hospicios y hospitales psiquiátricos. La cinta obtuvo el Oso de plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín (2020), así como el premio a Mejor fotografía y a Mejor vestuario en los Premios del Cine Europeo (2020).
Desde la infancia Ligabue ocupa un lugar que no le pertenece del todo y, con apenas un año de edad, es entregado a Elise Hanselmann y Johannes Valentin Göbel, quienes serían su familia adoptiva y con quienes viviría en condiciones bastante precarias hasta 1918 cuando es expulsado de Suiza debido a una demanda por un episodio de violencia contra Elise. Esta no pertenencia y la búsqueda de un refugio, son elementos que acompañan el desarrollo del pintor a lo largo del largometraje de Diritti. Oscuros rincones y huecos en los muebles de la casa adoptiva representaron un lugar seguro en el que pasaba horas escondiéndose de los adultos y su desprecio. Los constantes maltratos y su consecuente necesidad de soledad lo llevan incluso a preferir el castigo de ser introducido en un costal por uno de sus profesores a la convivencia social marcada por la crueldad de sus compañeros de clase. Posteriormente en la edad adulta el refugio lo encuentra en una choza donde vive de lo que encuentra en los campos y del poco dinero que obtiene pintando retratos que de cierto modo podrían definirse pornográficos. Sin embargo, es una vida de extremas carencias, especialmente durante el invierno.
En su vida errabunda, Ligabue tiene la fortuna de conocer algunos personajes como el escultor Marino Mazzacurati, al flautista Licinio Ferretti y al escultor Andrea Mozzali. Éste último, reconociendo el potencial artístico en tan singular personaje, decide ayudarlo a salir del que sería su segundo internamiento, tomándolo bajo su custodia en mayo de 1941. Estas amistades darían difusión a su obra entre los círculos de críticos y artistas, entre los que pronto adquiere una cierta fama. En 1961 realiza una exposición en Roma y a partir de este momento su obra le permitiría obtener algunos recursos para dedicarse por completo a ella e, incluso, le permite cumplir algunos de sus anhelos como tener un chofer y conducir una motocicleta. Desafortunadamente esta pequeña fama y las relativas posibilidades económicas no serán suficientes para construir su refugio final, una casa en medio del campo donde habría querido pasar su vida con Cesarina, hija de la dueña del restaurante familiar que el pintor frecuenta.
La biografía de Ligabue, esbozada por Diritti sin ningún orden cronológico y en desplazamientos desestructurados, es la historia de un completo marginal quien, a través del arte y tal vez sin ser realmente comprendido, logra comunicar con esos otros que suelen definirse “normales”. El reconocimiento social, desafortunadamente, no le garantizaría nada más que la posibilidad de obtener lo mínimo indispensable y el material para crear nuevas obras. En este sentido, podría parecer que no existe una gran diferencia entre él y el vagabundo con el que se encuentra en el puente Sant’Angelo el mismo día de su exposición.