Para el año 2000, con Gonzalo Celorio como nuevo director de la Facultad, se concluyó el proceso mediante el cual las distintas especialidades que hasta entonces habían operado de forma autónoma se aglutinaron en una sola coordinación de Letras del Posgrado. No obstante los retos y dificultades que presentó esta reorganización a nivel administrativo, y las correspondientes decepciones sufridas por parte de los impulsores de especialidades como la de la Literatura Comparada, puede confirmarse que la ya para finales de los años noventa bien arraigada orientación comparatista no desapareció del plan curricular de la Facultad. Podría afirmarse incluso que, aun a costa de haberse diluido el sustento riguroso y sistemático con el que se había impartido la Literatura Comparada en años anteriores, ésta pudo enriquecerse y multiplicar sus posibilidades analíticas al ver ampliada su oferta de cursos, lo que permitió a los alumnos entrar en contacto y convivir de forma más libre y directa con otras disciplinas literarias. Este cambio, además, coincidió con las nuevas orientaciones adoptadas en estos años por parte de muchas otras instituciones que alrededor del mundo contaban con esta especialidad, y que por diversas razones y necesidades también se vieron ante el reto de abrir sus programas académicos a otras esferas que invitaban a plantear el comparatismo desde nuevos horizontes, ya no exclusivamente entre dos tradiciones literarias en lenguas distintas sino aun dentro de una misma lengua, o bien de forma multidisciplinaria e intermedial.
La apertura y el interés por nutrirse de puntos de vista originados más allá de nuestras fronteras, fue siempre una tendencia que se cultivó dentro del Posgrado en Literatura Comparada. Así, hubo a lo largo de los años iniciativas de diversos profesores del área de fortalecer los contactos internacionales con la ayuda de los apoyos más diversos, gracias a los cuales organizaron eventos memorables con la participación de destacados especialistas en el área. Muchas de estas colaboraciones se concretaron incluso como cursos impartidos por invitados de la talla de Françoise Perús, Jean Bessière, Mario Valdés, Daniel Chamberlain, Lois Parkinson-Zamora, Richard Evans, Marc Cheymol, y más recientemente incluso académicos vinculados de forma indirecta con el área, como Herman Parret, Juan Miguel González Martínez, Claudia Albert o Siglind Bruhn, por nombrar sólo algunos. Varias de estas iniciativas se comenzaron a apoyar también en las llamadas Cátedras Extraordinarias, creadas a partir de los años noventa y bautizadas en su mayoría con nombres de escritores y críticos como Roland Barthes, Virginia Woolf, Margaret Atwood, Italo Calvino, Guillermo y Alejandro von Humboldt, a las que hace apenas hace unos años también se sumó la José Saramago. Éstas han estado destinadas a fomentar el intercambio con profesores y académicos, a partir de la realización de actividades como cursos, conferencias y eventos extraordinarios, muchos de ellos con valor curricular, lo cual contribuyó de forma valiosa al campo de la comparatística.
Más allá de las actividades de difusión, intercambio y docencia, hay que destacar el que a partir de la plataforma ofrecida fundamentalmente por la comparatística se crearan seminarios de investigación, entre los que cabe mencionar el Seminario de Traducción, el Grupo de Investigación de Literatura y Música, y el Seminario Permanente de Teoría Literaria, todos ellos movidos por el interés de profundizar en el análisis y de generar productos concretos derivados de los esfuerzos individuales y colectivos, tal como la organización de coloquios internacionales, en los que han participado no sólo profesores sino también los propios alumnos de este posgrado (Tenemos como ejemplos recientes el Coloquio de Francofonía y Diversidad Cultural de 2006; o el Coloquio \»Horizontes de la Teoría Literaria y Cultural en el Siglo XXI\» de 2011), o con la asistencia como ponentes a congresos de literatura comparada que se siguen organizando de forma periódica alrededor del mundo, como los de la American Comparative Literature Association (ALCA), o los de la International Comparative Literature Association. Muchos de los proyectos de investigación han visto la luz incluso en forma de artículos aparecidos en revistas especializadas como Recherche Littéraire, Comparative Literature, Canadian Review of Comparative Literature, Comparative Literature Studies, o Yearbook of Comparative and General Literature; o en publicaciones monográficas como las que editan el grupo Investigador Cuerpo y Textualidad de la Universidad Autónoma de Barcelona, coordinado por Meri Torras, o el Seminario de Estudios de la Significación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, coordinado por Raúl Dorra. Asimismo, no han cesado de aparecer ediciones novedosas de libros especializados con sello de la Facultad de Filosofía y Letras y en muchas ocasiones en coordinación con editoriales como Siglo XXI o Bonilla/Artigas Editores.
Iniciativas y transformaciones como las reseñadas en este breve recorrido panorámico del área de estudio de la Literatura Comparada en el Posgrado de la UNAM, contribuyeron a ampliar no sólo el corpus de enfoques teóricos dentro de este campo, sino también sus aplicaciones prácticas, cada vez más diferenciadas y específicas. Esto sin duda es el resultado de la labor realizada durante estas más de tres décadas, y que ha forjado un espíritu de apertura y enriquecimiento que se conserva hasta la fecha, mediante el cual ha logrado dar siempre un giro muy actual del fenómeno literario, que permite vincularlo a otras múltiples esferas culturales y sociales.